Nostrum dulce peccatum [Privado]
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Nostrum dulce peccatum [Privado]
por Teru Lun Jul 30, 2012 7:02 am
Iglesia...aquel templo sagrado en el cual los fieles demuestran su adoración a aquel a quien pertenece la santa casa.
Un lugar totalmente concurrido en los días por los humanos en búsqueda de respuestas, pero por las noches era casi un lugar totalmente desierto...o al menos tranquilo para los ojos de quienes no podían ver.
Aún así algo me llamaba aquella noche a ese lugar, como si fuera mi instinto el que me guiara a ir...Así que a pesar de las precauciones que sabía debía de tomar preferí seguir esa "llamada" y dirigirme a la catedral principal que aguardaba cerrada para el salir del sol.
![Nostrum dulce peccatum [Privado] Catedral-de-Colonia](https://2img.net/h/www.arqhys.com/wp-content/fotos/2012/04/Catedral-de-Colonia.jpg)
Mi ropa siempre en motivos azul y blanco iba totalmente cubierto bajo la tela de un abrigo blanco que llegaba a mis tobillos y luego descendía en una pequeña "cola" que seguía mis pasos y se deslizaba poco a poco por los pisos de la iglesia que no me costo ningún trabajo abrir, siendo solo necesario un corto empujón a la puerta para que el candado de esta cediera y se abriera ante mi revelando las doradas paredes repletas de detalles religiosos que de igual manera parecían descansar por esa noche.
Poco a poco y con el único sonido de mis pasos en el mosaico fui caminando por el pasillo principal, viendo de vez en cuando a mis alrededores como una simple precaución que llegaba a rallar con la paranoia.
Unos pasos más y el altar principal estaba justo frente a mis ojos, revelándome su majestuosidad y robando mi atención hasta dejar de ver por completo mi alrededor y tan solo dejar caer delicadamente mi cuerpo sobre del piso. Acomodándome de rodillas y con mis palmas sobre de mis piernas mientras que mis ojos se cerraban solo por un par de instantes.
Teru- Prince of Light
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Re: Nostrum dulce peccatum [Privado]
por Kamijo Mar Jul 31, 2012 3:33 am
No es que acostumbrara hacerlo realmente. Pero tampoco era como que necesitara una excusa para ello. Salir a vagar al mundo de los humanos era tan… pintoresco… y en cierta manera divertido. La gente que aun vivía en aquella ciudad, vivía con la idea de que todo estaba bien y que con la visita de aquellos seres de luz, o mejor dicho con ellos viviendo entre su gente, estarían a salvo de toda mi estirpe, cosa que claro… era una mera fantasía.
Me era divertido, de una torcida manera quizá, el caminar a su lado, el pasar entre la gente que paseaba en las calles sin que esta supiera que era un demonio el que avanzaba entre ellos, y no cualquiera si no uno que iba a dominar aquella ciudad. Sin darme cuenta de cuanto había avanzado, termine frente a un lugar que mas que imponerse para mi no era mas que el nido de los humanos y creyentes… una edificación sin ningún beneficio para ellos, ya que por mas que fueran a orar… su destino ya estaba escrito por mi mano. Era ya entrada la noche y a pesar de que iba ataviado con un atuendo nada normal, la gente que salía de aquella iglesia me pasaba de largo, obviamente no eran conscientes de a quien tenían a su lado pero, eso era lo de menos… lo que realmente me interesaba era aquel pequeño palpitar de “luz” que emanaba ese lugar.
Ciertamente ya se encontraría cerrado a esa hora y aquellas personas serian las ultimas que saldrían de ahí, entonces… me vino aquella duda y de inmediato su respuesta. Un ángel vagaba dentro de aquel sitio. Una sonrisa maliciosa se instalo en mis labios, pues al dar un pequeño paso hacia la puerta, me di cuenta de que no se trataba de cualquier ángel y aquella palpitación de poder que emanaba de aquella iglesia era perteneciente al linaje más alto de los seres de luz…
No podía tener ambiente más perfecto. La iglesia, la noche, esa oscuridad natural que hacia vibrar los poderes de los demonios… y una presa dentro de una jaula de fe. No tuve que penarlo dos veces y en unos minutos ya estaba dentro de aquel sitio, avanzando, siguiendo el rastro de ese ángel a través de los pasillos y aunque pensé que estaría más perdido en el sitio, justo al avanzar a la parte central de la iglesia, ahí estaba aquella esbelta figura.
Tenía mucho sin verle realmente pero ese encuentro estaba a destino tarde o temprano… y justo ahora no iba a desaprovecharlo…
Avance con cuidado hacia donde estaba y al tiempo de ello, entre mas cerca estaba, me iba agachando de apoco para poder estar a su altura, ya que él se encontraba de rodillas, y una vez que estuve a una distancia prudente, estire mi brazo derecho directamente hacia su cintura en donde pasando por debajo de su brazo para poder rodear su cintura y basto con cerrar mi brazo en torno a esta para pegarle a mi al tiempo que terminaba por colocarme de rodillas a sus espaldas.
-¿Vienes a pedir salvación? Hasta ahora sientes ganas de expiar tu…pecado…Teru?... –
En mi voz se apreciaba un pequeño tono burlesco y al mismo tiempo que hablaba, apretaba mi brazo alrededor de su cintura apretujando esta de esa manera, sin cuidar el llegar a lastimarle y con algo de descaro, coloque mi nariz en su hombro izquierdo donde con lentitud fui subiendo hasta su cuello, aspirando el aroma que su cuerpo desprendía.
-Muy mal… el “señor” perdona… pero no creo que olvide… nadie lo hace… oh…-
Deje mi oración inconclusa y subí mi rostro hasta llegar a su oreja donde permití que mi respiración chocara por un momento antes de culminar mi oración anterior.
-Tu haz olvidado lo que ni siquiera tiene perdón…?...-
Sonreí con malicia y así como le había tomado por sorpresa, le solté de entre mi brazo, alejándome por completo para posteriormente levantarme, quedándome de frente a donde él estaba, mirándole con diversión y cierta perversidad desde arriba.
Me era divertido, de una torcida manera quizá, el caminar a su lado, el pasar entre la gente que paseaba en las calles sin que esta supiera que era un demonio el que avanzaba entre ellos, y no cualquiera si no uno que iba a dominar aquella ciudad. Sin darme cuenta de cuanto había avanzado, termine frente a un lugar que mas que imponerse para mi no era mas que el nido de los humanos y creyentes… una edificación sin ningún beneficio para ellos, ya que por mas que fueran a orar… su destino ya estaba escrito por mi mano. Era ya entrada la noche y a pesar de que iba ataviado con un atuendo nada normal, la gente que salía de aquella iglesia me pasaba de largo, obviamente no eran conscientes de a quien tenían a su lado pero, eso era lo de menos… lo que realmente me interesaba era aquel pequeño palpitar de “luz” que emanaba ese lugar.
Ciertamente ya se encontraría cerrado a esa hora y aquellas personas serian las ultimas que saldrían de ahí, entonces… me vino aquella duda y de inmediato su respuesta. Un ángel vagaba dentro de aquel sitio. Una sonrisa maliciosa se instalo en mis labios, pues al dar un pequeño paso hacia la puerta, me di cuenta de que no se trataba de cualquier ángel y aquella palpitación de poder que emanaba de aquella iglesia era perteneciente al linaje más alto de los seres de luz…
No podía tener ambiente más perfecto. La iglesia, la noche, esa oscuridad natural que hacia vibrar los poderes de los demonios… y una presa dentro de una jaula de fe. No tuve que penarlo dos veces y en unos minutos ya estaba dentro de aquel sitio, avanzando, siguiendo el rastro de ese ángel a través de los pasillos y aunque pensé que estaría más perdido en el sitio, justo al avanzar a la parte central de la iglesia, ahí estaba aquella esbelta figura.
Tenía mucho sin verle realmente pero ese encuentro estaba a destino tarde o temprano… y justo ahora no iba a desaprovecharlo…
Avance con cuidado hacia donde estaba y al tiempo de ello, entre mas cerca estaba, me iba agachando de apoco para poder estar a su altura, ya que él se encontraba de rodillas, y una vez que estuve a una distancia prudente, estire mi brazo derecho directamente hacia su cintura en donde pasando por debajo de su brazo para poder rodear su cintura y basto con cerrar mi brazo en torno a esta para pegarle a mi al tiempo que terminaba por colocarme de rodillas a sus espaldas.
-¿Vienes a pedir salvación? Hasta ahora sientes ganas de expiar tu…pecado…Teru?... –
En mi voz se apreciaba un pequeño tono burlesco y al mismo tiempo que hablaba, apretaba mi brazo alrededor de su cintura apretujando esta de esa manera, sin cuidar el llegar a lastimarle y con algo de descaro, coloque mi nariz en su hombro izquierdo donde con lentitud fui subiendo hasta su cuello, aspirando el aroma que su cuerpo desprendía.
-Muy mal… el “señor” perdona… pero no creo que olvide… nadie lo hace… oh…-
Deje mi oración inconclusa y subí mi rostro hasta llegar a su oreja donde permití que mi respiración chocara por un momento antes de culminar mi oración anterior.
-Tu haz olvidado lo que ni siquiera tiene perdón…?...-
Sonreí con malicia y así como le había tomado por sorpresa, le solté de entre mi brazo, alejándome por completo para posteriormente levantarme, quedándome de frente a donde él estaba, mirándole con diversión y cierta perversidad desde arriba.
Kamijo- Prince of Darkness
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Re: Nostrum dulce peccatum [Privado]
por Teru Jue Ene 31, 2013 11:37 pm
Me encontraba demasiado concentrado en mis oraciones, quizás un poco perdido en mis propios pensamientos que ni siquiera me percaté de cuando una figura se acercaba a mi. Siendo demasiado tarde cuando sentí un brazo alrededor de mi cintura, apresándose, dejándome contra de esa..."persona" cuya fuerza sin duda me resultaba familiar.
-K-Kamijo?-
Balbuceé al escuchar mi nombre en sus labios, ya siendo más que obvio que se trataba de él que con descaro profanaba el lugar donde estábamos con esas palabras que pesaban más de la cuenta...sabiendo que estaban cargadas de razón.
-El perdón es divino y cualquiera que este cien por ciento arrepentido de sus errores lo merece, incluso tú si dejaras de ser un cínico podrías alcanzarlo.-
Miraba fijamente hacia arriba a pesar de la inconveniente posición en la que ahora me encontraba y de la cual tenía que deshacerme lo antes posible, así que flexione una de mis piernas como apoyo para levantarme del suelo, mientras que mi mano derecha se había encerrado cautelosamente en su muñeca teniendo así el soporte necesario para ponerme de pie en solo un movimiento, además de que tenía la curiosidad de que pasaría si mantenía el contacto de mi mano con él siendo esto más que un capricho una...pequeña necesidad.
-Y tú, olvidaste ya que las criaturas detestables como tú no tienen lugar en este sitio? O vienes por una nueva lección como la vez pasada. -
No había manera de ocultar que estaba nervioso, más de lo que debería de estar en presencia suya, pero eso no quitaba el hecho de que mis fuerzas fueran más grandes de lo que mi apariencia podía aparentar. Al fin y al cabo ambos eramos lo suficientemente caprichosos como para llevar guerras que nunca acabarían bien.
Una vez que había encontrado la manera de pararme correctamente, conseguí colocar mis dos manos sobre de sus hombros y al inclinar mi cuerpo hacia adelante lo recargué con fuerza contra el altar hasta que sus piernas chocaron con una de los escalones para hacerlo perder el equilibrio solo lo necesario para que pudiera recargarlo en dicha mesa.-Ahora si me disculpas, yo si tengo obligaciones y no tengo tiempo de sobra como otros- Aclaré mi garganta antes de acomodar un poco la capa que portaba para darme la vuelta, caminando de nuevo por el pasillo principal sin mirar hacia atrás.
-K-Kamijo?-
Balbuceé al escuchar mi nombre en sus labios, ya siendo más que obvio que se trataba de él que con descaro profanaba el lugar donde estábamos con esas palabras que pesaban más de la cuenta...sabiendo que estaban cargadas de razón.
-El perdón es divino y cualquiera que este cien por ciento arrepentido de sus errores lo merece, incluso tú si dejaras de ser un cínico podrías alcanzarlo.-
Miraba fijamente hacia arriba a pesar de la inconveniente posición en la que ahora me encontraba y de la cual tenía que deshacerme lo antes posible, así que flexione una de mis piernas como apoyo para levantarme del suelo, mientras que mi mano derecha se había encerrado cautelosamente en su muñeca teniendo así el soporte necesario para ponerme de pie en solo un movimiento, además de que tenía la curiosidad de que pasaría si mantenía el contacto de mi mano con él siendo esto más que un capricho una...pequeña necesidad.
-Y tú, olvidaste ya que las criaturas detestables como tú no tienen lugar en este sitio? O vienes por una nueva lección como la vez pasada. -
No había manera de ocultar que estaba nervioso, más de lo que debería de estar en presencia suya, pero eso no quitaba el hecho de que mis fuerzas fueran más grandes de lo que mi apariencia podía aparentar. Al fin y al cabo ambos eramos lo suficientemente caprichosos como para llevar guerras que nunca acabarían bien.
Una vez que había encontrado la manera de pararme correctamente, conseguí colocar mis dos manos sobre de sus hombros y al inclinar mi cuerpo hacia adelante lo recargué con fuerza contra el altar hasta que sus piernas chocaron con una de los escalones para hacerlo perder el equilibrio solo lo necesario para que pudiera recargarlo en dicha mesa.-Ahora si me disculpas, yo si tengo obligaciones y no tengo tiempo de sobra como otros- Aclaré mi garganta antes de acomodar un poco la capa que portaba para darme la vuelta, caminando de nuevo por el pasillo principal sin mirar hacia atrás.
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Re: Nostrum dulce peccatum [Privado]
por Kamijo Mar Feb 26, 2013 6:42 pm
Mi brazo se alzó distraídamente, jalando de su mano que se sostenía de mi muñeca, ayudándole ¿Quizá? A levantarse. Por supuesto, mi completa atención era suya; no era como que tuviera alguna otra cosa en que distraerme de que sucedía y decía él, estaba el hecho de aquel conveniente encuentro y de lo que mi cabeza comenzaba a predecir sucedería. Anteriormente ya había pasado y siempre iniciaba como una discusión que al recordar lo posterior a esta no me provocaba más que estirar los labios mostrando una nueva sonrisa con el mismo dejo de picardía.
—Oh…— Comencé a decir con cierto tono burlesco tras lo dicho por el peli-plata y negué con la cabeza un tanto suave antes de continuar—. ¿Pero no acaba de decir usted ma belle ange, que hasta yo puedo obtener el perdón? ¿No es contradictorio que me diga ahora que aquí no hay lugar para alguien como yo? ¿Eso no va en contra de sus palabras anteriores? ¿De las que predice el…señor? — La socarronería se añadió a aquel dejo picaresco y el nuevo contacto de su parte me hizo morderme furtivamente el labio inferior.
El movimiento repentino y mi propia distracción, si es que así debía llamarle ya que no estaba en lo más mínimo interesado en detener sus acciones; aquello me llevó a quedar casi sobre una mesa que no había estado en mis predicciones ya que mis ojos únicamente le apuntaban a él. Ladee mi rostro extrañado quizá de aquel comportamiento tan infantil de su parte y aunque ya estaba algo listo para ello no pude evitar el soltar una pequeña risa cuando le vi darse la vuelta.
Pude haber hecho muchas cosas en primera instancia; sí, mi mente maquilaba bastantes ideas para con su accionar y aunque la mayoría eran bastante tentadoras como el ir y obligarle como tantas y muchas y veces le hice, no, definitivamente no lo haría. Me encantaba el hecho de que jugara conmigo al difícil porque si me ponía a ver las ocasiones anteriores al momento de estar conmigo siempre era lo mismo; podía jugar a ello y darle el gusto al fin y al cabo ambos terminaríamos disfrutándolo y eso estaba más que predicho, y sería divertido claro que lo sería. Me erguí para levantarme de aquella fastidiosa mesa en donde estaba y con un semblante más serio que con el que le había visto anteriormente musité.
—Teru. —Mi mano derecha fue a alzarse en los bolsillos de mis ropas y la izquierda se estiró hacia aquella esbelta figura que avanzaba dándome la espalda—. Ven…— No era una petición y mucho menos una sugerencia, hablé en un tono adusto y lo suficientemente alto para que el contrario me escuchara y percibiera lo que le había ordenado. Esta vez no me movería de ahí; me quedé de pie en el lugar anteriormente suyo y si él volvía entonces le daría parte de mi regocijo, pero si no lo hacía entonces dudaba que pudiera o quisiera volver a buscarle.
—Oh…— Comencé a decir con cierto tono burlesco tras lo dicho por el peli-plata y negué con la cabeza un tanto suave antes de continuar—. ¿Pero no acaba de decir usted ma belle ange, que hasta yo puedo obtener el perdón? ¿No es contradictorio que me diga ahora que aquí no hay lugar para alguien como yo? ¿Eso no va en contra de sus palabras anteriores? ¿De las que predice el…señor? — La socarronería se añadió a aquel dejo picaresco y el nuevo contacto de su parte me hizo morderme furtivamente el labio inferior.
El movimiento repentino y mi propia distracción, si es que así debía llamarle ya que no estaba en lo más mínimo interesado en detener sus acciones; aquello me llevó a quedar casi sobre una mesa que no había estado en mis predicciones ya que mis ojos únicamente le apuntaban a él. Ladee mi rostro extrañado quizá de aquel comportamiento tan infantil de su parte y aunque ya estaba algo listo para ello no pude evitar el soltar una pequeña risa cuando le vi darse la vuelta.
Pude haber hecho muchas cosas en primera instancia; sí, mi mente maquilaba bastantes ideas para con su accionar y aunque la mayoría eran bastante tentadoras como el ir y obligarle como tantas y muchas y veces le hice, no, definitivamente no lo haría. Me encantaba el hecho de que jugara conmigo al difícil porque si me ponía a ver las ocasiones anteriores al momento de estar conmigo siempre era lo mismo; podía jugar a ello y darle el gusto al fin y al cabo ambos terminaríamos disfrutándolo y eso estaba más que predicho, y sería divertido claro que lo sería. Me erguí para levantarme de aquella fastidiosa mesa en donde estaba y con un semblante más serio que con el que le había visto anteriormente musité.
—Teru. —Mi mano derecha fue a alzarse en los bolsillos de mis ropas y la izquierda se estiró hacia aquella esbelta figura que avanzaba dándome la espalda—. Ven…— No era una petición y mucho menos una sugerencia, hablé en un tono adusto y lo suficientemente alto para que el contrario me escuchara y percibiera lo que le había ordenado. Esta vez no me movería de ahí; me quedé de pie en el lugar anteriormente suyo y si él volvía entonces le daría parte de mi regocijo, pero si no lo hacía entonces dudaba que pudiera o quisiera volver a buscarle.
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