Soul Reaver -Libre-

Pasar tiempo en reminiscence, en lo que quedaba de… “civilización”, era un habito que últimamente habia adquirido. Siempre tenía presente mi labor para con los humanos de aquel lugar y también procuraba… cumplir con el mismo aunque incluso cuando estaba hecho y acostumbrado a mis obligaciones de vez en cuando estas eran algo tediosas de seguir. Jamás habría pensado que los ángeles también se cansaban… Pensé que podría tomar un día para mi mismo aunque no habia nada en especial que quisiese hacer, solo quería salir a caminar y que mis pies me llevaran a donde quisiesen.

Justamente eso fue lo que hice, lo que deseaba. El día parecía estar bien dentro de lo que cabía, habia nubes en el cielo y eso hacía que algunas cubrieran el sol y este no pegara muy fuerte a los habitantes de reminiscence. A pesar de ello las blancas nubes no parecían presentar problema alguno aunque igual no me confiaba. Para aquella salida habia decidido portar uno de los tantos simpáticos vestidos que me gustaban; uno blanco, no demasiado corto y tampoco estorboso, el cual acompañe con unas botas en color café claro y una pequeña boina del color del vestido.

Como el color de mi cabello en combinación con la tonalidad de mi piel me parecía algo llamativo, aquel día portaba mi cabello de color café castaño con los acostumbrados rizos del mismo y para no tener problema con el colocar de la boina le habia dejado completamente suelto, claro siempre cuidando el detalle del fleco que cubría por completo mi frente y esperaba escondiera un poco el tercer detalle llamativo de mi persona; los ojos. Así adquiriendo un aspecto lo más humano posible. Colgada de uno de mis hombros llevaba una diminuta bolsa que me servía para guardar un poco de efectivo y en una de mis manos llevaba un paraguas por aquello de que no me confiaba de las nubes en el cielo. Con aquel vestuario y demás, perfectamente arreglado; caminaba por las calles de reminiscence, observaba las pocas personas que pasaban a mi lado, veía sus miradas, algunas tristes otras furiosas que incluso parecían echar fuego por los ojos, todo se debía a su vida cotidiana, tal vez algún problema en el trabajo, con los amigos o con la familia. Los humanos siempre estaban preocupándose por cosas pequeñas, dividiéndose por simplezas y cayendo ante la mortal belleza de los seres que estaban allí solo para tentarles y hacerles caer en la perdición.

Sin haberlo previsto habia terminado en la zona comercial del lugar, donde mis ojos fueron atrapados en el reluciente color blanco de los claveles de una florería. A pesar del ruido que habia; que bueno realmente no era mucho pero en las zonas transitadas y comerciales cualquier cosa hacia ruido, se escuchaba a los lejos las campanas de la iglesia, lugar al cual, a pesar de estar muy apegado tenía varios días que no visitaba durante mi estadía en reminiscence. Sin dudarlo luego de escuchar aquellas lejanas campanadas camine directo a la florería, compre un ramo de claveles y salí del centro comercial notando como las nubes en el cielo se habían vuelto oscuras.

'lo sabia!' pensé mientras caminaba en dirección a la iglesia, deseaba llegar lo más pronto posible ya que si bien el mojarme no haría que me diera frio podría serme bastante incomodo y bueno en un lugar público no me planteaba el usar mis alas como paraguas, seguro habría quienes las verían y también quienes se extrañarían de que bajo la lluvia no me mojara. Recordé que cerca de donde estaba habia un cementerio, que si era atravesado, uno se ahorraba un buen tramo y era mucho más rápido llegar a la iglesia. Me encamine hacia la puerta principal del cementerio y justo cuando me disponía a entrar en el mismo, las primeras gotas de lluvia comenzaron a caer, me apresure a abrir el paraguas que llevaba en una de las manos y me cubrí con el mismo para así poder seguir caminando tranquilamente. Caminaba con cierto cuidado por entre las lapidas ya que habia alguno que otro desafortunado cuya tumba no estaba bien definida y para mí era algo terrible el pisar las tumbas de las personas descuidadamente.

Mi vista estaba algo fija en el suelo, cuidando lo anteriormente mencionado y también el no tropezar y caer al suelo ya que menudo desastre seria si algo así me ocurría sin embargo en un rápido vistazo que eche hacia el frente para ver más o menos por donde iba pude observar claramente un par de oscuras alas de las cuales una de ellas protegía de la lluvia al dueño de las mismas. Note como observaba hacia la base de una de las lapidas y dirigí mi mirada hacia aquel lugar, curioso por saber que era tan interesante para alguien como él sin embargo cuando vi el cadáver de lo que parecía ser una chica de cabellos dorados, apreté un poco el mango del paraguas así como el tallo de las flores que llevaba en mi otra mano. ‘desagradable’ pensé y entrecerré mis ojos pensando en aquella pobre chica aunque también pensaba en lo siguiente que haría, ya que bueno en aquella situación no habia mucho que pudiera hacer y por otro lado siempre procuraba mantenerme alejado de seres como aquella “persona”.

Mientras meditaba lo que haría, el cuerpo del contrario comenzó a avanzar hacia donde yo estaba aunque se podía notar que aun no me habia visto por el modo en el que habia empezado a caminar, cuando finalmente su mirada se levanto y pude sentir la misma sobre mí, busque los ojos ajenos rápidamente observando el aterrador carmesí en esa mirada, no tarde en desviar la mía hacia algún otro lado que no fuera su persona y en vista de que mi repudio hacia esos seres me ganaba, opte por solo dar un par de pasos más en la dirección en la que se hallaba aquel demonio y doble hacia mi costado derecho al finalizar de una de las lapidas, decidiendo que seria mucho mejor rodear un poco y seguir mi camino ya que aunque no era una certeza, la mayoría de los demonios no soportaban a los que eran como yo y bueno con lo reciproco que era aquello dudaba que el otro fuera a ver problema alguno en que simplemente me fuera.

Caminaba tranquilamente alejándome poco a poco del demonio y aun cuando sus palabras habían sido bastante claras para mis oídos escogí el ignorarlas y seguir caminando como si no hubiese dicho nada. Así habría continuado hasta llegar a mi destino de no ser por que sentí mi boina ser retirada de mi cabeza, imaginándome gracias a quien habia sido. Me detuve en seco y lentamente me di la vuelta hasta quedar de frente al demonio aunque aun continúe evadiendo la mirada ajena; para mí era demasiada maldad reflejada en ella. Observe con cierta indiferencia mi pertenencia girando en el dedo del demonio y de la misma manera escuche lo que el otro tenia para decirme.

No me tome la molestia de contestar una sola de sus preguntas o comentarios aunque si estaba bastante concentrado en observar el comportamiento del demonio así como en escuchar ese tono de burla que usaba al dirigirse a mí. Entrecerré los ojos con cierta resignación al ver mi boina salir volando y caer en un charco, la verdad, no muy lejano y allí fue donde deje puesta mi mirada mientras el otro parloteaba acerca de su desagrado por los de mi “raza”. Di uno tal vez dos pasos hacia el charco y justo iba a comenzar a agacharme para recoger mi boina cuando la acción del contrario me hizo ladear el paraguas del costado donde yacía el charco y voltear el rostro en dirección contraria al mismo, lugar de donde habían venido varias gotas de lodo que se habían encontrado con la blanca tela del vestido que llevaba puesto. Gracias al paraguas el lodo solo habia alcanzado a manchar algunas zonas de la parte baja del vestido, aunque bueno por la lluvia mi cabello se habia humedecido un poco.

Enderece el paraguas para volver a cubrirme y mire con desagrado el cuerpo del otro, opte por sostener el ramo de flores que llevaba con el mismo brazo de la mano que sostenía el paraguas; simplemente le coloque entre mi pecho y la parte interna de mi codo y antebrazo y rápidamente me agache a recoger la boina. No le exprimí de inmediato, aunque sabia que me ensuciaría un poco después de lo que iba a hacer, no me importo después de todo el otro ya me habia ensuciado lo suficiente. Agite la boina a uno de mis costados con tal fuerza que debido a que el otro no habia avanzado mucho una línea de gotas de lodo se fueron contra su cabello y espalda, dejando un camino dibujado de color café sobre la tela de su oscura camisa.

Agite de nuevo aquella prenda centrándome en la parte trasera de los pantalones ajenos y finalmente con el solo uso de una de mis manos exprimí lo que quedaba de lodo y agua en la boina. –Si tanto asco te doy… entonces no te me acerques…- Aunque hable en un tono bajo, se podía percibir mi lado infantil en mis palabras sin embargo también cierto dejo de frialdad y desinterés. – De hecho… si no te importa lo preferiría así. ¿Te imaginas lo patético que me vería si se me pegara tu intolerancia e inmadurez?. No quisiera compartir tu desgracia.- Sonrei con completa amabilidad reflejada en el rostro, a pesar de que el no pudiera verla por su posición. Sabía que habia escuchado aquello perfectamente pero no dejaría que me diera respuesta, ni siquiera estaba interesado en ella, habia caminado unos pasos en su dirección, buscando a mis costados algún camino no tan encharcado y desnivelado, no me habia acercado mucho al demonio pero si lo suficiente para que mi voz no tuviese que usar un tono muy alto al hablar.

Me volví a girar unos grados ya que a uno de mis costados habia un claro camino entre las lapidas y así como el demonio habia hecho empecé a caminar alejándome de él, después de todo ya habia tolerado su berrinche y como con todos los niños inmaduros y malcriados un poco de atención debía haber bastado para calmar su necesidad de eso… seguir llamando la atención con mas pataletas y berrinches inútiles.

Las palabras del otro resonaron claramente en mis oídos aunque como anteriormente habia hecho decidí ignorarles eso hasta que repentinamente con ayuda del paraguas que sostenía en mi mano el contrario se hizo cargo de obligarme a girarme. Solté un pequeño suspiro y aun manteniendo mi postura indiferente y aun cuando el otro clavo su mirada sobre la mía, yo desvié la misma casi inmediatamente. Mi gran error que fue toda aquella falta de atención hacia el demonio me trajo como consecuencia que aquel empujón por parte de la mano ajena me tomara por sorpresa y gracias a ello terminara de caer de sentón en la tierra mojada. Solté un pequeño quejido debido al golpe contra el suelo y me sorprendí un poco cuando las cosas en mis manos se vieron retiradas por el más alto.

Antes de que pudiera reaccionar a las acciones del otro ya estaba de boca contra el suelo y con las manos a la altura de mis hombros, usándoles como “apoyo” para alejar mi rostro del suelo. Justo iba a impulsarme para empezar a levantarme cuando sentí ese tirón de mi cabello que me llevo a levantar la mirada y observar al contrario. Ni siquiera le dedique una mirada de enfado aunque lo sentía, pero lo que si hacía era escuchar todas y cada una de sus palabras con atención. De manera repentina mi rostro fue a hundirse en el lodo y mis dos manos se fueron a aquella que sostenía mis cabellos; enterré mis uñas en aquella mano que insistía en tomar fuertemente mi cabello y trataba a toda costa de que sus dedos me soltaran pero de nada habia servido. Cada vez que mi cabeza salía del lodo no podía evitar el tomar grandes bocanadas de aire debido a la grosera acción del otro y para colmo ahora podía sentir el peso del más alto en mis caderas y mis manos siendo sometidas en mi espalda de una manera un tanto dolorosa y que exigía bastante flexibilidad que bueno en parte tenia pero no para la clase de de bruscos jalones y demás por parte del otro.

Mientras el contrario se concentraba en sus acciones, yo encontré una posibilidad de librarme de el sin embargo era muy remota y por sobre todo dolorosa, así que tenía que ejecutarla correctamente y sin equivocaciones. De momento me dedicaba a distraer al otro con los movimientos de mi cabeza de un lado a otro que buscaban librar mi cabeza de su mano y mi rostro del lodo mientras que por otro lado mi pierna izquierda se iba separando de la otra, para hacer cierto espacio, como si algo fuera a quedar entre mis piernas, aunque la derecha la mantuve en su lugar sin moverle. Aquella pierna que habia “abierto” la flexione en poco y la ladee, precisamente para dejarle recargada en el suelo así, de costado y medio flexionada. Me encargue de clavar la punta de mi bota en el lodo, o bueno lo que podía de ella y espere un poco más para que en una de las veces que la mano ajena jalaba mi cabeza, usar ese impulso para arquear un poco mi espalda y echar un poco hacia atrás la cabeza al mismo tiempo que mi pierna derecha se levantaba y flexionaba todo lo que le era posible mientras la izquierda; usando el aferre de mi bota al lodo, se estiraba por completo provocando que al no haber espacio suficiente para que quedara completamente derecha, mi trasero se levantara y empujara un poco al demonio hacia adelante sin embargo gracias a que mi pierna derecha se habia flexionado por completo pude alcanzar a tiempo a poner mi talón en uno de los hombros del demonio y al ladear mi pie alcance parte de su rostro y cuello con la punta de la bota.

Rápidamente jale con fuerza de mi pierna derecha para des flexionarle y gracias a ello me lleve al demonio de espaldas contra el suelo, escuchando el tremendo golpe de la cabeza del mayor contra el suelo que aunque húmedo aun tenía algunas partes llenas de piedras y pedazos de tierra sólidos. Si bien mi pierna izquierda habia quedado ahora medio flexionada a uno de los costados de cuerpo del demonio, la derecha no se habia salvado y podía decirse que parte del peso del demonio recaía sobre aquella pierna sin embargo habia conseguido que debido al movimiento el contrario soltara mis manos y ahora podía ayudarme con ellas para librarme de el por completo. Bastaron unos segundos de jadeos y pequeños gemidos de dolor para recuperarme un poco y luego de ello rápidamente desacomode mi pie del lugar donde le habia puesto y con ayuda de mis manos me empecé a arrastrar para salir de debajo del cuerpo ajeno.

Rápidamente me levante y sin preocuparme por el lodo en mi rostro o en mis ropas y parte del cuerpo camine directamente a la altura de la cabeza ajena y sin darle tiempo al demonio para reaccionar empecé a patear y pisotear la misma, notando como después de unos segundos sangre empezaba a brotar de su nariz, labios y frente. Me detuve unos instantes aprovechando que el otro se sentiría algo mareado y rápidamente me acomode sobre el cuerpo ajeno a manera de poder tomar su camisa con ambas manos por la solapa y tirar fuertemente de esta para abrirla, con algo de trabajo conseguí voltear al demonio y ponerle de boca contra el suelo y fue entonces cuando empecé a sacar su camisa por brazos. Rompí aquella prenda para hacer algunos pedazos más de tela y amarre las manos del demonio tras su espalda, haciendo varios y fuertes amarres desde sus muñecas hasta dejar sus codos bien unidos. Volví a voltear su cuerpo para dejarle de espaldas al suelo y que así el peso de su cuerpo recayera sobre sus brazos atados.

Le mire en el suelo dedicando nuevamente aquella amable sonrisa de hacía un rato y luego de ello me subí sobre el cuerpo del demonio procurando que el tacón de mis botas quedara sobre los pezones ajenos y también tomándome la molestia de dejar caer el peso de mi cuerpo justamente sobre los tacones de las botas. Tome unos segundos para llevar mis manos a mi rostro y gracias a la lluvia que caía, con solo tallar mi rostro con mis manos pude retirar gran parte del lodo que manchaba mi piel y tras aquello finalmente puse mi mirada sobre aquellos ojos carmesí y hable. – Sabes te diré algo… Mi dios nos enseña muchas cosas que nos indican hacer el bien… y por decirlo de alguna manera… respeto sus enseñanzas… pero… - Hice una pequeña pausa y me agache aun estando sobre su cuerpo para con una de mis manos soltar una tremenda bofetada sobre una de las mejillas ajenas, observando nuevamente con indiferencia como aquella mejilla cambiaba a una tonalidad rosada. – No veo por qué he de poner en práctica esas enseñanzas con alguien como tú. – Me reincorpore y me gire para empezar a caminar sobre su torso y así bajar de su cuerpo y quedar justo entre sus piernas.

En ese lugar me gire esta vez mostrando un rostro completamente inmutable y una mirada sin expresar sentimiento alguno. Y tras observar detenidamente al cuerpo que yacía en el suelo con las gotas de la lluvia cayendo sobre su piel, hable tranquilamente. - no seré amable… es más, ni siquiera me enfadare por lo que acabas de hacer o decir… ¿sabes por qué?... – Hice una pequeña pausa correspondiente a la que el habia hecho hacia un rato y levante mi pie derecho para colocarle sobre su entrepierna, dedicándome a pisotear su miembro con fuerza al tiempo que continuaba. - Porque eso sería darte una importancia que no vales… y una atención que no te mereces… - Cambie la prolongada presión sobre su miembro y parte de sus testículos, por varios fuertes pisotones los cuales finalice con una fuerte patada a parte de su entrepierna. – Son tus palabras… hazlas valer y déjame tranquilo… que tu ni aunque no fueras un demonio serias de mi tipo. – Volví a girarme y di un par de pasos para alejarme de aquel cuerpo, me recargue sobre una enorme cruz y solté un prolongado suspiro mientras levantaba la mirada al cielo. Sentía el vestido completamente pegado a mi cuerpo y su color se habia quedado completamente olvidado debajo del café de la tierra. Mi cabello se pegaba a mi frente y rostro, ahora me sentía un poco cansado, solo quería regresar al lugar donde últimamente me estaba quedando, me quede un poco mas allí recuperando un poco de mi tranquilidad antes de empezar a avanzar nuevamente.