Uke Yutaka's Bedroom

Subió al cielo intentando no ser detestado por los ángeles no tenía mucho que perder y tampoco que ganar, solo iba por una persona en especial, iba por Kai… solo quería verle, tomarlo entre sus brazos y tratar de arreglar todo lo que había sucedido, como el solía decir arreglar los asuntos del pasado, aun se preguntaba en que se había equivocado, con el era sincero, nunca le mentía hasta que comenzó hacerlo para darle seguridad, pero tampoco pareció dar mucha seguridad al ser puro que él conocía.

Al llegar al cuarto, de este le vio allí acostado se quito la capa que llevaba dejándola caer al suelo, se acerco solo un poco, creyó escucharle sollozar, pero no dijo nada, cerro sus ojos y se sentó en la orilla de este posando sus codos en sus piernas.

-Buenas noches Kai-dijo con voz seca y fría sin voltear a verlo a lo que el venia a era hablar nada más que eso, si tenía que salir herido era mejor que fuera rápido y sin dolor, esperaba alguna reacción del chico pero al parecer este no se movía al haber escuchado su voz.

-No tienes que asustarte, si es que lo estas… quiero que me digas que fue todo de esa vez…-se cruzo de brazos cerrando sus ojos a la vez que se sentaba derecho cruzando sus piernas un rato.

Escucho atento cada palabra de este, le dolía bastante, pero no se mostraría débil, se levanto con cuidado tomando su capa, para ponérsela y cubrir su rostro, no haría nada que el chico no deseara, se cruzo de brazos sin cubrir su rostro a la vez que se mordía el labio ligeramente, arreglo un poco sus cabellos a la vez que daba vueltas a todas sus palabras eso era verdad ambos se debilitarían mas si seguían juntos, entonces porque dios dijo amanse los unos y los otros, solo decidió olvidar aquello, como era que un demonio se ponía a pensar cosas tan estúpidas a esa hora del día, no es que fuera idiota es solo que él lo sabía muy bien.

-Amarnos está mal lo entendí perfectamente-cubrió su cabeza con la capucho cubriendo a la vez sus ojos, seguía manteniendo aquella voz llena de frialdad a la vez que se relamía el labio un poco su pie comenzó a dar suaves golpecitos en el suelo, llevo su mano a su boca mordiendo sus dedos con suavidad, comenzaba a aburrirse en aquel lugar sin sentido alguno, según él un lugar asqueroso para él, era mejor volver al infierno y encerrarse en este.

-Es mejor que me vaya-dijo esto último girándose sin decir nada mas disponiéndose a abrir la puerta para ocultar su presencia de los demás ángeles, no quería ser descubierto por nadie.

Sintió aquel abrazo y cerro sus ojos un poco, ya no quería pensar en que pasaría, pero de alguna manera sus fuerzas, se iban cuando este le abrazaba de aquella manera, su cuerpo se volvía débil eh inmune a la ternura de su ángel, quería girarse y abrazarle con fuerza, besarle y hacerlo suyo una y otra vez si era necesario, pero tampoco tenía planeado hacerlo, a decir verdad quería un poco de tranquilidad, cuando fue la última vez que se sintió tranquilo, ya lo recordaba, antes de conocerlo, el vivía tranquilo un mundo donde Kai no existía un mundo donde solo estaba el, vivía para tomar a los humanos a la fuerza, torturarlos de alguna manera, hasta que ese ángel se atravesó en su camino.

-No te entiendo Yutaka-dijo con la voz cortante, áspera, sintiendo como su garganta se secaba al hablarle con aquel tono, sintió una pequeña brisa acariciar su rostro y mecer sus cabellos de aquella forma, abrió sus ojos un poco y poso su mano en la puerta, para que le quería si ya nada tenía sentido, lo suyo se había acabo por decisión del chico, sonrío un poco y negó con la cabeza, no caería de nuevo claro que no, lo mandaría al demonio en este mismo instante.

-¿Qué pasa angelito? ¿Aun quieres jugar con el demonio?-pregunto con voz molesta y fastidiada, se volteo sin soltarse de su abrazo a la vez que le tomaba del mentón y le miraba a los ojos con algo de odio y rabia, estaba herido y eso no le gustaba, odiaba sentirse de aquella manera, no la soportaba por nada del mundo, quería libertad, quería al fin ser libre del indeciso ángel frente a este.

-Tú me estas cansando, tú me estas hartando, que mierda quieres de mi Kai-le empujo con suavidad, estaba molesto y sus sentimientos estaban saliendo a flote, cosa que nunca dejaba salir, siempre guardándoselo de alguna manera, sonrío con ironía parta después verle nuevamente.

-¿Quieres jugar? Juguemos- le movió las manos con la señal de que se acercara a él, queriendo decirle que no le temía a sufrir por última vez, pero esta vez seria la ultima, no habría vuelta atrás, y lo decía en serio, en espera de alguna reacción de parte de aquel chico frente a él, quería ver de que era capaz, la persona que según él decía amarle.

Lo alejo de golpe al sentir como le besaba lo lanzo hacia la cama acercándose a él mirándolo con desprecio, jugaría eso haría, le lastimara y de la peor forma tomaría ese cuerpo como la primera vez le violaría eso haría, se quito la capa dejándola caer al suelo se acerco a este posándose sobre su cuerpo y sonrío de forma maliciosa ya estaba más que cansado, metió sus manos bajo aquella camisa la cual sin piedad comenzó a quitar de tirones, le haría sufrir, rasguño la espalda de este con fuerza haciéndola sangrar, sin medirse para nada, su mirada no se separaba de aquellos ojos, no tenía pensado detenerse.

-vamos Kai grita –dijo desafiante a la vez que rasgaba las otras prendas con fuerza dejándolas tiradas en algún lugar, le vio desnudo a la vez que le llevaba su mano aquella entrada penetrándole con fuerza embistiéndole con ellos hasta lastimarle, vio la sangre emanar y aun así no se detuvo estaba cegado con la rabia, con el supuesto odio que ahora profesaba seria la ultima vez, la ultima no le volvería a buscar eso jamás, se acabo el demonio comprensivo.

-¿Qué sucede angelito, no pedirás ayuda? –susurro de manera grotesca a la vez que sus labios recorrían aquel cuello dejando mordidas agresivas, casi sacando un poco de piel, a la vez que sentía un sabor metálico en su boca, si era sangre esa sangre que le despertó el deseo la primera vez que lo lastimo para salvar al maldito humano, se la cobraría si, le haría pagar por haberle hecho esto, por haberle enseñado amar, para después dejarlo.

-Voy a matarte lo juro hare que pagues por todo lo que estás haciendo, que crees que soy tu juguete –era la primera vez que sentía su cuerpo tan débil, no, no era su cuerpo era su alma, le giro y miro aquella entrada, retiro aquellos dedos, se relamió los labios un poco, abrió su pantalón tomando su miembro, aun dormido, cerro sus ojos acercando aquel glande a la entrada penetrándole con fuerza, comenzando a embestirle sin piedad.

Se detuvo sin poder seguir con su propósito, se alejo de él arreglándose un poco miro aquella espalda herida ensangrentada por causa suya, se dejo caer al suelo, cerrado sus ojos a la vez que las lagrimas escapaban de estos, ¿Por qué tenía que pasarle a él esto?, lo estaba odiando, no quería odiarlo, el lo amaba con su vida, quería dar su vida por él, hace días atrás se habían reencontrado, amado incluso se habían prometido amor eterno nuevamente, pero ahora le salió con esto otra vez, quería salir corriendo de aquel lugar desaparecer para él, no dejarle ver su cara nunca más.

-¿Por qué me haces esto Kai? No lo entiendo… si vas a dejarme solo hazlo, pero por favor no mas –se sentía mal bastante mal, su cuerpo su maldito cuerpo estaba sintiéndose pesado, adolorido, quebrado, que más quería ese ángel de su persona, el solo era un demonio, no era su culpa claro que no lo era, si él hubiera podido escoger tal vez hubiera sido humano, o un ángel como él, pero no era un maldito demonio.

Sonrío un poco irónico a la vez que miraba el techo, miro toda la habitación bastante angelical y puro para él, pero eso amaba de su ángel su pureza, esa pureza que nadie más tenia, esa inocencia que poseía a veces, su forma atrevida su todo, todo de él, maldición lo amaba más que nunca lo amaba en demasía, su corazón ya no podía vivir sin él, ya no podía, lo necesitaba más que nunca, de verdad que lo necesitaba.

Sintió aquel abrazo y solo pudo cerrar sus ojos con suma suavidad, apegarlo a su cuerpo y suspirar suave ante aquello, le miro fijo y sin poder resistirlo le tomo del rostro y beso aquellos labios, Kai se había abierto para el, al menos le había dicho la verdad y lo que mas necesitaba, pero aun tenia miedo mucho miedo, le alejo de el y se hinco sacando debajo de aquella cama el botiquín, saca un alcohol y algunas gasas, humedeció estas comenzando a curar sus heridas, se sentía culpable pero a la vez se había dejado llevar por su ira y rabia, cerro sus ojos un poco y pensó en todo aquello, volvió a mirarlo y vendo sus heridas y parcho las de la espalda, luego poso su mirada en aquellos ojos y beso aquellos labios, tomando sus manos entrelazando aquellos dedos, apretando un poco con fuerza, sonrío leve para el a la vez que posaba su frente en la ajena.

-de verdad, te pido perdón-susurro sobre aquellos labios acariciando sus mejillas con la yema de sus dedos, a la vez que le apegaba cada vez mas a el, escondió su rostro en el cuello de este, sollozando un poco, intentaba calmarse lentamente pero no podía, de verdad que le costaba bastante, verle así de lastimado, jamás lo pensó menos que sería su culpa, las cosas a veces se le iban de las manos, pero es que su amado ángel casi nunca se decidía, casi nunca.

-a veces no puedo entenderte… quiero hacerlo… pero tu no me dejas, me pregunto porque… ¿de verdad es necesario que huyas de mi?-le mira a los ojos fijamente esperando alguna respuesta, solo quería la misma sinceridad de hace un momento, se sentó junto a el, posando sus manos en sus propias rodillas, apretando estas un poco, se sentía frustrado indeciso, ¿de verdad podía continuar con el?... claro que si podía, lo amaba mas que a nada en el mundo y poco le importaba si sus ojos perdían su brillo por completo.

-sabes no me importa perder mis poderes, debes saberlo, si puedo estar contigo todo estara bien… si puedo amarte y tenerte entre mis brazos todo sera mejor… para mi y mi mundo tu eres lo unico que lo hace mejor es tu persona, tu personalidad y solo quieres alejarte-suspira un poco y sin pensarlo le abraza con suavidad atrayéndole a su cuerpo.

Ya no sabia que decir o que hacer, solo decidió guardar silencio y cerrar sus ojos, así mantener el silencio en el lugar, sin saber como se durmió en el hombro de su ángel, se sentía bien y muy calido, se mordió ligero el labio entre sueños luego de ello solo pudo acomodarse un poco mas, apretó con fuerza sus manos algo incomodo ante sus propios sueños aquellos que odiaba mas que nunca, mas que antes, el diría mas que ayer.

-te amo-musito bajo a la vez que una pequeña lagrima caí por sus mejillas, era extraño pero solo quería poder controlar sus pensamientos y sus sentimientos, ya se le estaba haciendo imposible, quería que Kai se decidiera de una sola vez.